martes, 25 de marzo de 2014

La teoría ovni ¿Quién dijo que los locos no eran los más cuerdos?



Preámbulo

Más allá de que la única vida inteligente que conocemos es la nuestra, que sólo tiene 10.000 años, un suspiro o pestañeo cósmico y hay que ver para creer lo mal que nos va, estamos prácticamente casi chapando el chiringuito. Que en algún rincón del universo exista otra inteligencia en alguno de los pocos planetas habitables (son muy pocos considerando la vastedad cósmica), y que esta haya superado la tara que supone vivir por encima de las posibilidades del planeta que la acoge, sin alcanzar así el estatus de plaga, por consiguiente no autoaniquilándose. Además de haber desarrolado una tecnología tal que permita realizar viajes de recorridos de incontables años luz para contactar/crear de algun modo otras civilizaciones. Supera la ecala de lo improbable, pasando a ocupar un nivel cuyo nombre desconozco si existe, sin llegar a lo imposible (que por otra parte es una película sobrevalorada).

Más allá también de como usan -Tavistock, Holywood, etc- el fenómeno alien para manipular y distraer la atención de aquellos supuestamente despiertos (aunque fuera un fenómeno real es algo secundario dada la situación de nuestro mundo).

Más allá por último de la posibilidad de unificar a la humanidad bajo una misma nación y un mismo yugo con el pretexto de una falsa bandera atribuida a una amenaza exterior alien (poco probable, pues ya está muy vista en libros, cómics y películas quedando así como algo bastante inverosímil).

/preámbulo


Más allá de todo lo anterior, me gustaría tratar desde la posición del neófito en estos campos, el porqué de que la idea de una inteligencia superior alienígena cautive tanto a la gente.

Parece ser que la más importante motivación que influye en la gente, es que se trata de una manera muy efectiva de autoexcusarse inconscientemente ante todo lo que le es incómodo o inabordable al individuo.

Uno puede negar las necesidades de cultivar el intelecto, de ser consciente del mundo que le rodea (más allá de la imagen fantasiosa construida en su mente) o de cualquier otra cosa que le porduzca rechazo. De qué sirve todo eso si hay unos entes superiores más inteligentes de lo que uno puede alcanzar a ser. De qué sirve preocuparse del mundo. Si éllos están ahí arriba sin hacer nada por evitar el horror, por qué habría de hacerlo yo (incluso quizás sean éllos los que intervienen o crean el caldo de cultivo para que todo sea como es). De nuevo, ¿Quién soy yo para oponerme a esta raza/energía/inteligencia superior?

Se vuelve a identificar como causa, la principal raíz de todo condicionamiento y control mental humano perpetuado por los siglo de los siglos. La idea de divinidad.

El hombre necesita un dios o dioses, algo a lo que aferrarse frente al vacío cósmico, al infinito frío e inóspito, a la incertidumbre de la existencia. Al ser humano le puedes quitar a su dios siempre y cuando se lo reemplaces por otro (el dinero no cuenta metafísicamente, claro).

Puede que un alien verde feo y bajito no sea omnipotente/sciente, pero sí podría dar respuesta a muchos de los misterios y angustias vitales desde su posición de ser elevado y más evolucionado.

Al menos esa posibiliad para el creyente está ahí, es una posibilidad que sedimenta en el imaginario de la persona, pudiendo darle forma como mejor le convenga dentro de su fantasía.

Hemos cambiado la idea de un dios fijo que todos entendían más o menos igual, por un algo etéreo que cada cual construye en su mente a voluntad, a gusto del consumidor, lo último cómo no, señal de los tiempos en que vivimos.

La idea de los aliens como seres superiores que velan, controlan o manipulan la humanidad, puede resultar apasioanante e inspiradora para crear tu propia burbuja mental, puede ser desconcertante e inquietante para otros, pero sin duda para muchos es una idea reconfortante en el sentido de que representa la posibilidad de sublimación de los miedos y limitaciones de la persona, pero también la justificación ante la inacción y la inapetencia, puesto que ya hay unos vigilantes galácticos que velan por élla, que eximen potencialmente a esta persona de la necesidad de hacer algo por cambiar el statu quo. Según esta lógica, no tiene que hacer nada ni es nadie para hacerlo. Su existencia o posible existencia posibilita que piense así.

La evidencia conduce a pensar que como en todas la religiones estamos ante elaborados subterfujios para evitar la verdad (la religión alien no iba a ser menos). La verdad es: que no sabemos nada en lo tocante a este tema, nada consistente, nada que no haya podido ser un montage o manipulación de algún grupo de poder, por lo que aferrarse a esta creencia/esperanza como a un clavo ardiendo, como respuesta o anticuerpo ante la deriva nihilista del mundo, es propio del fanatismo religioso o lo que es lo mismo, es una coducta infantil, a bien que todas las religiones son por antonomasia pueriles amén de hilarantes.

Para terminar, espero que nadie se lo tome a mal, servidor piensa que como se apuntaba antes, creer en los aliens como realidad inamovible puede presentarse para algunos como reconfortante y hacerlos sentir seguros, pero quien quiera sentirse seguro que se compre una compresa con alas o contrate un seguro con Groupama para sentirse seguroooooooo, y deje en paz a los reptilianos, a los dioses aliens que construían piramides y demás pamplinas pamplinosas.


https://inspiredbyhistory.files.wordpress.com/2013/07/tumblr_mdnrpztumh1qery841.jpg

 P.d: Va con cariño. I want to believe too.

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