Preámbulo
Más
allá de que la única vida inteligente que conocemos es la nuestra, que sólo
tiene 10.000 años, un suspiro o pestañeo cósmico y hay que ver para creer lo
mal que nos va, estamos prácticamente casi chapando el chiringuito. Que en
algún rincón del universo exista otra inteligencia en alguno de los pocos
planetas habitables (son muy pocos considerando la vastedad cósmica), y que
esta haya superado la tara que supone vivir por encima de las posibilidades del
planeta que la acoge, sin alcanzar así el estatus de plaga, por consiguiente no
autoaniquilándose. Además de haber desarrolado una tecnología tal que permita
realizar viajes de recorridos de incontables años luz para contactar/crear de
algun modo otras civilizaciones. Supera la ecala de lo improbable, pasando a ocupar
un nivel cuyo nombre desconozco si existe, sin llegar a lo imposible (que por
otra parte es una película sobrevalorada).
Más
allá también de como usan -Tavistock, Holywood, etc- el fenómeno alien para
manipular y distraer la atención de aquellos supuestamente despiertos (aunque
fuera un fenómeno real es algo secundario dada la situación de nuestro mundo).
Más
allá por último de la posibilidad de unificar a la humanidad bajo una misma
nación y un mismo yugo con el pretexto de una falsa bandera atribuida a una
amenaza exterior alien (poco probable, pues ya está muy vista en libros, cómics
y películas quedando así como algo bastante inverosímil).
/preámbulo
Más
allá de todo lo anterior, me gustaría tratar desde la posición del neófito en
estos campos, el porqué de que la idea de una inteligencia superior alienígena
cautive tanto a la gente.
Parece
ser que la más importante motivación que influye en la gente, es que se trata
de una manera muy efectiva de autoexcusarse inconscientemente ante todo lo que
le es incómodo o inabordable al individuo.
Uno
puede negar las necesidades de cultivar el intelecto, de ser consciente del
mundo que le rodea (más allá de la imagen fantasiosa construida en su mente) o
de cualquier otra cosa que le porduzca rechazo. De qué sirve todo eso si hay
unos entes superiores más inteligentes de lo que uno puede alcanzar a ser. De
qué sirve preocuparse del mundo. Si éllos están ahí arriba sin hacer nada por evitar
el horror, por qué habría de hacerlo yo (incluso quizás sean éllos los que
intervienen o crean el caldo de cultivo para que todo sea como es). De nuevo,
¿Quién soy yo para oponerme a esta raza/energía/inteligencia superior?
Se
vuelve a identificar como causa, la principal raíz de todo condicionamiento y
control mental humano perpetuado por los siglo de los siglos. La idea de
divinidad.
El
hombre necesita un dios o dioses, algo a lo que aferrarse frente al vacío
cósmico, al infinito frío e inóspito, a la incertidumbre de la existencia. Al
ser humano le puedes quitar a su dios siempre y cuando se lo reemplaces por
otro (el dinero no cuenta metafísicamente, claro).
Puede
que un alien verde feo y bajito no sea omnipotente/sciente, pero sí podría dar
respuesta a muchos de los misterios y angustias vitales desde su posición de
ser elevado y más evolucionado.
Al menos
esa posibiliad para el creyente está ahí, es una posibilidad que sedimenta en el
imaginario de la persona, pudiendo darle forma como mejor le convenga dentro de
su fantasía.
Hemos
cambiado la idea de un dios fijo que todos entendían más o menos igual, por un
algo etéreo que cada cual construye en su mente a voluntad, a gusto del
consumidor, lo último cómo no, señal de los tiempos en que vivimos.
La idea
de los aliens como seres superiores que velan, controlan o manipulan la
humanidad, puede resultar apasioanante e inspiradora para crear tu propia
burbuja mental, puede ser desconcertante e inquietante para otros, pero sin
duda para muchos es una idea reconfortante en el sentido de que representa la
posibilidad de sublimación de los miedos y limitaciones de la persona, pero
también la justificación ante la inacción y la inapetencia, puesto que ya hay
unos vigilantes galácticos que velan por élla, que eximen potencialmente a esta
persona de la necesidad de hacer algo por cambiar el statu quo. Según esta
lógica, no tiene que hacer nada ni es nadie para hacerlo. Su existencia o
posible existencia posibilita que piense así.
La evidencia
conduce a pensar que como en todas la religiones estamos ante elaborados
subterfujios para evitar la verdad (la religión alien no iba a ser menos). La
verdad es: que no sabemos nada en lo tocante a este tema, nada consistente,
nada que no haya podido ser un montage o manipulación de algún grupo de poder,
por lo que aferrarse a esta creencia/esperanza como a un clavo ardiendo, como
respuesta o anticuerpo ante la deriva nihilista del mundo, es propio del fanatismo
religioso o lo que es lo mismo, es una coducta infantil, a bien que todas las
religiones son por antonomasia pueriles amén de hilarantes.
Para
terminar, espero que nadie se lo tome a mal, servidor piensa que como se
apuntaba antes, creer en los aliens como realidad inamovible puede presentarse
para algunos como reconfortante y hacerlos sentir seguros, pero quien quiera
sentirse seguro que se compre una compresa con alas o contrate un seguro con Groupama
para sentirse seguroooooooo, y deje en paz a los reptilianos, a los dioses
aliens que construían piramides y demás pamplinas pamplinosas.
P.d: Va con cariño. I want to believe too.
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