jueves, 21 de noviembre de 2013

La integración del horror mediante el humor



Este es Louis C.K., personaje en boga de la televisión americana. Louis es un titán de lo suyo, como buen monologuista tiene eso de la empatía con el público bien trabajado, sabe qué hay que decir y cuando decirlo para que le resulte gracioso a la gente.

Hechas las presentaciones, no pretendo deshacerme en alagos ni decir lo mucho o poco que me gusta, tampoco he seguido su trabajo como para hacerme una idea.

Lo que quiero es destacar el final del monólogo. Después de aporximadamente 40 minutos de un tono esencialmente buenrollista, Louis tercia al humor oscuro y nos da cera por todos lados. Nos reímos de unos chistes que implícitamente nos estan sacando los colores por los niveles de maldad, malaeducación, simpleza, desprecio a los demás y estupidez que estamos alcanzando como colectivo. Especial mención merece el culmen a partir del minuto 56:37, que vendría a ser algo más o menos así:    '' De ahí viene la grandeza humana, de que somos unos cabronazos que jodemos a los demás. Incluso hoy ¿Cómo tenemos esta increible microtecnología? (Enseñando su smartphone) Porque en la fábrica donde hacen esto saltan del tejado porque es una puta pesadilla. Relamente tienes elección, puedes tener velas, caballos y ser más amable con los demás o dejar que alguien sufra inconmensurablemente lejos de aquí, sólo para que puedas dejar un comentario mezquino en youtube mientras pegas una cagada en el váter. ''

Lo anterior son la últimas palabras del monólogo, las que hacen de colofón, de broche humorísitco, el gracioso destello final de ingenio para recordar. No es el caso. No hace gracia o no debería, es algo verdaderamente terrible e incomodo. Dice mucho de nosotros, pero las que realmente hablan por si mismas son la cara y actitud de Louis, se convierten ambas en todo un poema hasta que se marcha medio cabizbajo. Justo al terminar la frase esboza una mueca de algo que parece decepción, casi puedes escuchar lo que está pensando si no fuera porque eso es imposible o almenos improbable.
'' Míralos, pobres idiotas lobotomizados, acabo de soltar una realidad horrible, completamente descorazonadora, sin embargo ahí los tienes, rompiendo a reir por algo que carecería de gracia de no ser porque lo último que he dicho es cagar, recurso humorístico que nunca falla como los pedos, quitándole con esto toda la carga dramática al asunto. Qué previsibles son. Qué fácil es hacer lo inconcebible digerible e incluso gracioso, perfectamente apto para sus intelectos primarios que en breves se fundirán en una gran obación mientras doy las gracias muriendo un poco más por dentro tras una hora de dar a esta tropa lo que venían buscando, un poco de humor fácil, un tópico tras otro. Es cierto. No ha estado tan mal. Pero tampoco ha sido tan genial o inovador como para que me alaben y eleven a la categoría de gurú del humor. Dios, cómo les odio. ''

Que conste que a mi el monólogo en general me ha hecho gracia.

Hovik. El amor mueve el mundo


ASÍ CONTROLAN TU FANTASÍA


mind-control2

No somos conscientes de ello.
Pero hay una auténtica guerra por controlar nuestra fantasía.
Todo aquello que soñamos, imaginamos y somos capaces de concebir y crear.
Quizás pueda parecerte una tontería casi poética, pero de verdad que no lo es.
Es mucho más real de lo que imaginas.
Porque la fantasía implica ir más allá de lo establecido.
Implica la capacidad de concebir nuevos mundos, nuevos modelos de pensamiento, de vida, de conducta y de estética.
Es la actividad más subversiva que existe.
El mayor germen de revolución que puede crear el ser humano.
Mucho más que mil discursos enfervorecidos vomitados por el rebelde de turno desde un púlpito.
Porque una fantasía libre ataca los pilares fundamentales del sistema: la base psíquica instalada en tu mente sobre la que se asienta todo lo organizado y establecido.
Todo ello puede ser derruido con una sola chispa mental, con un solo concepto imaginado de la nada.
Y el Sistema lo sabe muy bien.
Y así es como, de la misma forma en que centra tantos esfuerzos en programarnos a través de la educación, el sistema invierte ingentes cantidades de energía en limitar y canalizar nuestra fantasía, en condicionar todo aquello que imaginamos y soñamos, para que no se salga de los límites controlables por la maquinaria.
brain trapped in cage.
 Piénsalo bien.
El sistema se sustenta en pilares meramente psíquicos y no tanto físicos, como sutilmente te han hecho creer hasta ahora.
La estructura “visible” del sistema no es más que una representación externa de los mecanismos instalados en nuestro cerebro.
Pongamos un ejemplo: el dinero.
Sabemos que en nuestro mundo el dinero lo mueve todo.
¿Pero sabes una cosa? El dinero solo existe en tu mente, no es un ente real y tangible.
Lo que es tangible son los billetes y las monedas, cuya presencia es física.
Pero en realidad solo son pedazos de papel y de metal a los que llamamos “dinero” y a los que, al hacerlo, otorgamos una determinada función y un determinado valor abstracto.
dolar monopoly

Si un día tú decides que ese billete solo es un trozo de papel y no le otorgas el valor que tiene como dinero, sino solo su valor tangible, físico y real, es decir, el de estampita con dibujitos, el dinero muere.Literalmente.

falling-dollar

Porque para ti, eso ya no será “dinero”.
Pasará a ser lo que siempre ha sido: papel con dibujos.
De verdad, puedes hacer desaparecer el concepto de dinero de tu vida cuando quieras, porque éste solo reside en tu mente.
Así es el sistema.
Tan débiles son sus cimientos.
Solo vive en nuestra psique, es puro software, como el programa de una computadora.
Ahora imagina que un gran número de gente decidiera hacer lo mismo: concibiera un mundo nuevo en su mente y renunciara a la programación del Sistema.
Y que, por ejemplo, no le diera valor al dinero, a las leyes, a las religiones, a las autoridades o a las normas sociales establecidas.
El Sistema se hundiría por completo.
Desaparecería.
Nada ni nadie podría salvarlo de su destrucción.
¿Entiendes ahora porqué es tan importante para el Sistema controlar todo aquello que tu mente pueda crear o fantasear?
Para el sistema tiene una importancia capital que no puedas concebir nada más allá de las reglas que el propio sistema te impone.
Que no seas capaz de soñar un mundo nuevo.
Porque eso podría destruirlo para siempre, de un solo chispazo.
Por esta razón, toda fantasía creada y difundida a través de los medios de comunicación, la televisión, la literatura, la música, los videojuegos o el cine tiene como función principal canalizar y moldear tu fantasía para impedir que puedas salirte del Sistema.
TV-BRAINWASHING-02

Observa con atención y lo verás.
Nada, absolutamente nada de lo que es creado y difundido por ninguno de estos medios es auténticamente subversivo.
Nada.
Y es que su mecanismo de funcionamiento es tan simple como efectivo: no se produce, publica ni emite nada “que no pueda gustar al público o que el público no pueda comprender”, porque “no resultaría rentable y no tendría éxito”.
Y supuestamente, ¿qué es lo único que el público puede comprender? Evidentemente, los mecanismos del sistema instalados en su mente.
Círculo cerrado.
Ese es el ciclo lógico que sigue la maquinaria del sistema para moldear y limitar tu fantasía y tu creatividad.
EJEMPLOS CONCRETOS
¿Alguna vez te has preguntado cuantas películas de policías has llegado a ver a lo largo de tu vida?
¿Cuantos centenares de miles de películas y series de TV giran alrededor de la policía?
No intentes contarlas, es imposible.
hill street blues

Porque se trata de un auténtico lavado de cerebro masivo, a escala mundial, perpetrado activa e incesantemente durante décadas.
No habrá un solo día en tu vida en que no enciendas el televisor y no aparezca, como mínimo, un policía, un detective o un agente del FBI, pistola en mano, velando por el orden y la seguridad.
steven seagal cop

Como una gota malaya, continua, eterna, incesante, desde que eres pequeño hasta que mueres, inoculando en tu mente el mismo mensaje, la misma imagen:
pistola-pistola-pistola
policía-policía-policía
autoridad-autoridad-autoridad
sistema-sistema-sistema
Día tras día, una y otra vez, una y otra vez, sin cesar, como un mantra interminable.
Generación tras generación, los niños crecen y juegan con esas imágenes que moldean sus fantasías y sus sueños hasta el punto de no poder huir de ellas nunca más, férreamente instaladas en su psique como única forma de concebir la realidad.
Y así es como, llegado el momento, centenares de nuevos cineastas y escritores acaban imitando a sus ídolos de juventud, reproduciendo una y otra vez la misma fantasía, vomitando una y otra vez el mismo vómito, pasado en el mejor de los casos por el débil tamiz de su presunta personalidad propia.
Así es el mundo en el que vivimos, a escala creativa.
Y eso sucede en todos los ámbitos de la creación.
Hay más ejemplos de ello: ahí están los miles y miles de insoportables grupos musicales cantando la misma canción, cada uno siguiendo su corriente estética prefabricada, persiguiendo el mismo sueño clónico de gloria sobre el escenario.
guitar hero

Con los mismos instrumentos, raspando las mismas guitarras, bajos, baterías y teclados, con los mismos gorgoritos con tan solo pequeñas variantes que suenan estruendosamente diferentes a orejas de quien ya no llega a concebir nada más en su raquítica y programada mente.
Estructuras musicales repetitivas, párrafo-estribillo-párrafo-estribillo-variación, con la misma duración de 4 minutos cada una, como creadas con un molde.
Millones de canciones que como millones de películas de policías atrapan nuestra mente en la telaraña pegajosa del Sistema para que no consigamos escapar jamás de él.
Tan lavado está nuestro cerebro, que llegamos a considerar como “revolucionario” aquello que no es más que una mínima variación superficial de la norma.
Pongamos de nuevo el ejemplo del género policíaco.
La irrupción de Quentin Tarantino representó un supuesto “aliento de aire fresco” para el género, casi una revolución.
De repente el foco de la cámara se centraba en los delincuentes y no en los policías.
pulp-fiction-guns

Rápidamente surgieron montones de patéticos imitadores y la ficción televisiva nos acabó obsequiando con exitosos productos, supuestamente innovadores, como Los Soprano, Boardwalk Empire o Breaking Bad.
Muchos han calificado este hecho de “giro revolucionario”.
Breaking-Bad

Pero pensemos un momento…¿realmente comporta alguna diferencia centrar el argumento en la delincuencia en lugar de en la policía?
Para el sistema no.
Pregúntate una cosa: ¿Hay mayor defensor del sistema que un delincuente o un mafioso?
¿O es que acaso su mayor sueño no es ganar dinero y acumular poder, por la vía que sea?
mafia dinero

¿Y alguien que solo sueña y lucha por ganar dinero y poder no es un esclavo del Sistema hasta la última célula de su cuerpo?
Poco importa a qué lado se encuentre de la imaginaria línea de la legalidad.
Un gangster, un mafioso o un ladrón forman parte integral del Sistema, exactamente igual que un policía, un juez o un político.
En el fondo, todos refuerzan los mismos mecanismos básicos.
¿Empiezas a ver ya como toda la fantasía está debidamente canalizada por el Sistema para no resultar subversiva?
¿Entiendes por que el Sistema centra tantos esfuerzos en ello?
La ficción se ha convertido en una eficiente fábrica de cadenas para nuestra mente.
Y el ejemplo más flagrante de ello lo encontramos en la ficción costumbrista: los culebrones, los seriales y las comedias televisivas centradas en lo cotidiano, como única fuente generadora de historias imaginarias.
The Beale family in Eastenders-1773437

Ficciones protagonizadas por “gente normal” y consumidas por “gente normal”, en un ciclo de condicionamiento mental infinito, en el que todo sueño posible queda circunscrito a la realidad del sistema.
Un lavado de cerebro en toda regla.
Una prisión psicológica.
Este es el mundo enfermo que hemos creado.
Un lugar infecto en el que el mayor instrumento creador sobre la tierra, nuestra mente, se limita a fantasear sobre una realidad exactamente igual a la que ya experimenta.
Un desperdicio de energía y un auténtico insulto hacia el universo que ha creado una herramienta tan maravillosa.
Y por lo visto, parece que el Sistema no se conforma con repetir incesantemente los mismos patrones una vez tras otra.
Desde hace unos años, la industria del entretenimiento ha entrado definitivamente en un bucle de negocio e ideas: remakes de películas, canciones reversionadas, discos remasterizados, clones de grupos musicales en gira…el sistema ni tan solo hace el esfuerzo de cambiar el argumento externo de sus mecanismos de lavado cerebral.
Los repite directamente, sin más.
¡Tan debilitada está ya la mente del ciudadano medio!
bewitched_ver2_xlg

A estas alturas podríamos preguntarnos si toda esta maquinaria de manipulación de nuestra fantasía y de nuestros sueños forma parte de una gran conspiración o ha surgido de forma espontánea y natural dentro del propio sistema.
Quizás ambas opciones sean reales a la vez.
Pero sea como sea, hay indicios que parecen indicar que, como mínimo, hay entidades interesadas en incentivar estos mecanismos de manipulación mental con el fin de sacar algún tipo de beneficio o de seguir manteniendo su estatus de privilegio.
Sobre su identidad habrá teorías de todos los colores y cada uno podrá escoger a su propio villano y achacarle la etiqueta que crea conveniente.
Pero en el fondo eso es irrelevante.
Lo que quizás no sea tan irrelevante es constatar que algunas de estas fantasías inoculadas en nuestra mente albergan mecanismos de condicionamiento social de cara al futuro.
Pongamos algunos ejemplos concretos.
PROGRAMANDO LA SOCIEDAD FUTURA
Estos últimos años hemos experimentado diversas oleadas de moda que, principalmente, han arraigado en la mente de las generaciones más jóvenes, como una semilla sembrada con el fin de obtener frutos más adelante.
Si las analizamos con atención, estas oleadas de moda podrían representar un eficaz mecanismo de condicionamiento mental en vistas a la creación de una sociedad venidera, controlada por grupos elitistas de carácter tecnocrático.
Hablamos de 3 modas, principalmente: la moda de los vampiros, la de los zombies y la de los reality shows musicales.
Vampiros
La imagen del vampiro, tan en boga estos últimos años gracias a bazofias prefabricadas al estilo Crepúsculo, es altamente significativa por su impacto inconsciente.
En sus inicios, el vampiro representaba a un ser maligno e inhumano, un aristócrata malvado castigado por una maldición, que se alimentaba de la sangre de inocentes y puras doncellas.
dracula lee

Más allá de su carácter más o menos romántico y de su posible carga sexual, el vampiro no dejaba de ser un ente antinatural y elitista, un muerto viviente que debía ser enviado de cabeza al infierno, pues actuaba como un parásito que se alimentaba de la sangre de los vivos.
En el fondo, ese concepto de vampiro, contenía un trasfondo social de eliminación de viejas estructuras parasitarias y de cambio de régimen.
Pero curiosamente, el nuevo modelo de vampiro implica justamente todo lo contrario.
Ahora el vampiro se ha convertido en un atractivo joven, guapo, refinado, pijo y musculoso, con una fuerza y capacidades sobrehumanas, muy por encima de los de las personas “de la calle”.
Es decir, posee una carga genética superior.
crepusculo-2

No implica pues algo aberrante contra lo que se deba luchar, como los antiguos Conde Drácula o Nosferatu…sino más bien algo a lo que un adolescente debería aspirar si pretende triunfar en sociedad.
Una clase preeminente, dominante y fuerte.
Una élite aristocrática destinada a dominar el mundo.
Y esta es precisamente la semilla que se siembra en la mente de los adolescentes y los jóvenes a través de estos nuevos modelos de vampiro: la atracción reverencial por la élite, la asunción de su superioridad y ante todo, el sueño de llegar a formar parte de esa casta privilegiada tan cool, que por su propia naturaleza superior de carácter genético, está destinada a dominar el mundo.
Pura ingeniería social.
Zombies
Curiosamente la febril e injustificada moda de los zombies que inunda el mundo en estos momentos está centrada en las clases inferiores, en lo que podríamos considerar como la plebe o chusma.
En sus inicios como género cinematográfico de masas, cuando las películas de género zombie formaban parte de la serie B más bizarra y underground, los zombies eran muertos vivientes, una genuina representación de la masa no-pensante del mundo, que pretendía devorar a aquellos que seguían “vivos”.
zombies

Ese concepto de zombies, como muertos que volvían a la vida, representaba todo aquello que formaba parte del pasado más caduco, las ideas y conceptos rancios, podridos y viejos que de forma antinatural pretendían volver a dominar el lugar del que la naturaleza los había desplazado para siempre.
Simbolizaban las viejas estructuras, los anticuados valores que las generaciones de los 60, 70 y 80 habían dejado atrás.
Sin embargo, el estallido y generalización mediática de la nueva moda zombie, trae consigo un cambio tan sutil como sustancial.
Y es que los zombies tan de moda en la actualidad, ya no son muertos vivientes salidos de sus tumbas, sino personas infectadas por una epidemia.
Y esta pequeña variación argumental, que para muchos podría suponer una mera anécdota, trae consigo un mensaje subliminal mucho más profundo y sutil de lo que pueda parecer a simple vista.
28_days_later

Pues como decíamos, un muerto viviente representa ese pasado caduco que pretende recuperar sus antiguos dominios.
Sin embargo, una persona de la calle infectada con una enfermedad incurable, representa a las propias personas que nos rodean.
Nos representa incluso, a nosotros mismos, pues todos somos susceptibles de caer enfermos en cualquier momento.
La identificación inconsciente del espectador con el zombie actual es absoluta, a diferencia del antiguo modelo, en el que al zombie y al espectador los separaba una barrera conceptual infranqueable: ni más ni menos, que la muerte.
Así pues, el concepto de zombie actual representa a los ciudadanos de a pie, a las clases medias y bajas, que llegado el momento deben ser exterminadas sin piedad con el fin de terminar con la epidemia que ellas mismas representan y que inconscientemente ayudan a extender.
El mensaje subyacente en las películas de zombies actuales es: eres un enfermo y tú y los que te rodean debéis ser exterminados por el bien del planeta.
Resulta curioso pues, que un mensaje subliminal tan profundamente insultante haya arraigado con tanta fuerza entre los más jóvenes y haya alcanzado tan elevadas e incomprensibles cotas de éxito.
Realmente, no ofrece muchas esperanzas de cara al futuro.
Como tampoco lo ofrece el propio éxito de esto que ha venido a llamarse absurdamente como “cultura zombie”.
Alguien debería preguntarse como es posible que una temática tan repetitiva, estereotipada y con tan poco recorrido argumental haya proliferado hasta este límite y haya recibido tanto apoyo y difusión mediáticas…
Reality shows musicales
Por último nos centraremos en una de las modas televisivas más extendidas en estos momentos: los concursos de talentos televisivos, al estilo de Operación Triunfo, la Voz, Factor X o Tienes Talento, que como franquicias del Mcdonald’s, del Starbucks o una virulenta infección, se han extendido sin freno por todo el planeta.
La auténtica clave de estos programas no reside en la música, ni en el baile, ni en las emociones exacerbadas; ni tan solo en el sueño de alcanzar la fama y el éxito.
No.
La clave, el concepto a inocular, reside en el jurado.
En un jurado de “expertos” que dirime si alguien es válido o no es válido para triunfar.

Jury X Factorgot talent juryjurdo ot

Se trata de una autoridad no electa, escogida arbitrariamente por la siempre oculta y desconocida dirección del programa y que en función de sus supuestos conocimientos y experiencia, tiene la facultad de decidir de forma dictatorial y siguiendo solo sus propios criterios personales, quién progresa socialmente y quién tiene permiso para alcanzar su sueño y triunfar.
Es decir, determinan de forma pública qué función le corresponde a cada uno en la sociedad.
Así pues, el concepto sembrado por estos concursos no es un concepto cualquiera.
Si la idea del vampiro nos servía para identificar a la élite y la idea del zombie nos servía para identificar a las clases sometidas a los designios de esa élite, el concepto de jurado de estos reality show nos sirve para designar la relación entre ambas clases.
Si nos fijamos bien, los dos conceptos anteriores, vampiro y zombie, se ven perfectamente reflejados en estos Talent Shows: en ellos, el jurado representa a una autoridad tecnocrática, fría e implacable, cuya función consiste en escoger, según estrictos criterios de validez y eficiencia, a aquellos que, entre la masa enferma (los zombies), tienen derecho a alcanzar determinados puestos de privilegio (vampiros)…puestos de privilegio que, en el mejor de los casos, algún día les permitirán ocupar el puesto de jurado, pero jamás la dirección del programa, que sigue en manos de autoridades ocultas que lo controlan todo desde la sombra.
Como vemos pues, los sueños y fantasías de la juventud actual, sembrados por estas modas mediáticas, parecen tener una orientación clara: inocular en sus mentes la estructura social del mañana.
Y no se trata, precisamente, de una estructura social igualitaria y justa.
Y a ello debemos añadir un último factor.
Un factor altamente significativo, que hemos visto proliferar en el mundo de la ficción los últimos años y que cada vez vemos más presente en las generaciones más jóvenes: el sadomasoquismo.
Porque si no es por el sadismo de la población, ¿como puede explicarse el rotundo éxito de películas de terror centradas en asesinos psicópatas como Freddy Krueger (Pesadilla en Elm Street), Michael Myers (Halloween), Ghostface (Scream), Jigsaw (Saw), Jason Voorhees (Viernes 13) o Anibal Lecter (El Silencio de los Corderos), por poner algunos ejemplos?
Freddy_Krueger

¿Qué oscuro resorte activan en el interior del espectador para que éste asista fascinado a sus sangrientos crímenes y destripamientos?
Sin duda el más puro sadismo reprimido hacia sus semejantes.
Y al mismo tiempo el más inconfesable masoquismo.
Pues al ver cualquiera de estas películas, el espectador no solo se ve reflejado en la figura del asesino, sino también en el de la víctima.
Y es que solo a través del más absoluto masoquismo puede justificarse la actitud servil con la que los concursantes de estos Talent Shows se someten sumisamente a los dictados de estos jurados que fríamente deciden sobre su futuro.
Al masoquismo y a la más profunda indignidad como seres humanos.
Quizás todos estos no sean más que una serie de razonamientos paranoides.
Es posible.
Pero nadie puede negar que la configuración de la fantasía y de los sueños de la ciudadanía resultan claves a la hora de mantener el sistema en pie y programar estructuras futuras.
Y sabiendo que el Sistema utiliza todos estos mecanismos para limitar nuestro desarrollo como individuos y esclavizarnos, solo nos queda una opción para empezar a liberarnos: dejemos volar la imaginación.
Brazil-©-1985-Centfox

Derribemos los muros impuestos en nuestra fantasía por el Sistema.
Reventemos las presas levantadas en nuestras psiques por las fabulaciones prefabricadas por la industria del entretenimiento.
Creemos mundos nuevos jamás concebidos por otras mentes, nuevas estructuras sociales y nuevas formas de expresarnos y relacionarnos, por locas que parezcan.
Dejemos que broten de nuestro interior como individuos libres, sin ataduras, más allá de lo que nos hayan inculcado como correcto, real y aceptable.
Porque si de verdad queremos cambiar el mundo, la subversión empieza aquí.
Es el primer paso.

GAZZETTA DEL APOCALIPSIS

EL TRIUNFO DEL GRAN HERMANO

universal-credit-big-brother

Hemos caído en la trampa.
Es triste aceptarlo y sobretodo resulta profundamente descorazonador.
Pero es la cruda verdad.
La dictadura global avanza con paso firme y seguro.
El infierno del Control Masivo ya es un hecho imparable.
A mucha gente quizás le parezca absurdo que ahora, precisamente ahora, cuando se desenmascaran los casos de espionaje masivo de la NSA y de Wikileaks, alguien se exprese de forma tan derrotista.
Mucha gente quizás piense que jamás se habían desvelado tantas verdades juntas y que la sombra del Gran Hermano se aleja definitivamente, diluida por la cegadora potencia de los focos mediáticos.
Pero son precisamente esos focos mediáticos los que revelan la cruda realidad, los que nos muestran cuan terrible es la situación que estamos viviendo.
Porque realmente importa muy poco, por no decir, absolutamente nada, lo que está sucediendo sobre el escenario.
Poco importa que los gobiernos Europeos y Latinoamericanos se muestren indignados ante la vigilancia masiva de la NSA.
Poco importa que algunos de ellos colaboraran o no en la vigilancia Norteamericana, como es el caso de Francia y España, enfrascados como están sus máximos dirigentes Hollande y Rajoy en una frenética carrera por dirimir cuál de los dos alcanza las más altas cotas de ridículo en la política Europea.
Poco importan las medidas que tomen Angela Merkel, Dilma Rousseff, o los altamente democráticos gobiernos de China y Rusia en su lucha por rematar al malvado Imperio Americano, convertido ya en villano de su propia película.
Ni tan solo importan las nuevas revelaciones que puedan surgir a partir de ahora, porque en realidad, nada va a cambiar lo que puedan aportar Edward Snowden, Julian Assange, la NSA, ni mil y un documentos filtrados o sacados a la luz quien sabe desde qué oscuros ficheros.

BIG-BROTHER-OBAMA-1984-facebook 25%

No nos dejemos embaucar por la estimulante inmediatez de las noticias ni por el torbellino de detalles superficiales formados por luces de colores y titulares rutilantes y explosivos.
Y mucho menos por las presuntas soluciones que surgirán milagrosamente, aparentemente destinadas a preservar nuestra privacidad y nuestra seguridad en ese pomposamente bautizado como espacio de libertad que es Internet.
Porque la verdad es que el Gran Hermano ya ha triunfado.
Ya está aquí.
Y ha llegado para quedarse para siempre, para formar parte integral de la Especie Humana hasta el fin de los tiempos.
Esa es la espantosa y terrorífica realidad.
¿Porqué?
Porqué ya vivimos sometidos al más estricto control las 24 horas del día, rodeados de las omnipresentes cámaras de vigilancia en calles, oficinas, edificios y carreteras.
Y porque somos totalmente incapaces de prescindir de los móviles y de las tablets y sobretodo de Internet y del imparable almacenamiento de nuestros datos en la Nube, esa suerte de creciente cerebro común que nos arroja a un nuevo y tenebroso estado como especie.

SecCameras-6

Y ante todo, porque a nadie le importa ni le preocupa en lo más mínimo que le estén vigilando y controlando.
Porque al fin y al cabo, ¿Cuales han sido las 2 frases más pronunciadas por la ciudadanía tras desvelarse el escándalo de vigilancia masiva de la NSA?
“Todos lo sabíamos” y “Yo no tengo nada que esconder”
Frases repetidas hasta la saciedad por la gente de la calle, como un mantra hipnótico, que revelan el profundo estado de condicionamiento mental y de vergonzante sumisión al que estamos todos sometidos.
Porque en realidad, estas frases ocultan un mensaje mucho más duro de aceptar:
“Todos lo sabíamos” en realidad significa: “no hicimos nada por impedirlo”
“No tengo nada que esconder” en realidad significa: “no me importa en absoluto que me vigilen…no me importa mi privacidad ni me importa mi dignidad como ser humano…solo quiero que me dejen seguir jugando con mis chismes”
Y este es el punto clave que determina el triunfo final del Gran Hermano.
La sumisión psicológica, la mente conquistada, el apático conformismo de los individuos ante la destrucción de sus libertades y de su dignidad.
Así ha triunfado el mal siempre y así triunfará de nuevo.
Aunque esta vez será para siempre.

CÓMO NOS HAN MANIPULADO
Pero llegados aquí, quizás deberíamos preguntarnos ¿cómo hemos llegado a este punto sin retorno?
Ciertamente, el triunfo del Gran Hermano se fundamenta en 7 maniobras de manipulación psicológica, 7 mecanismos clave instalados en nuestra mente sin los cuales no habríamos aceptado tal situación:

1-Inoculación
Este es el primer paso, el punto inicial de toda programación mental de la población.
Básicamente consiste en inocular una idea en el imaginario común, con el objetivo de normalizarla, es decir, hacerla plausible, comprensible y asumible para todos, hasta convertirla en una posibilidad vital.
El objetivo principal consiste en eliminar el impacto emocional que implicaría imponer súbitamente y por la fuerza el concepto que se quiere inocular.
En este ejemplo concreto, el concepto a inocular es el del Control Masivo de la Población.
El vehículo habitual y más efectivo utilizado para introducir conceptos destinados a moldear el imaginario social es la ficción cinematográfica y televisiva de masas.

Enemy_of_the_State

Así, durante años hemos sido inoculados progresivamente con el concepto del Control Masivo a través de exitosas películas, como por ejemplo: El Show de Truman o Enemigo Público, hasta culminar en series de TV como Person of Interest, donde la visión de ese Control ya es casi real, sin olvidar el show televisivo más destructivo y malintencionado jamás creado: Gran Hermano.

person_of_interest

Todas estas ficciones, especialmente Enemigo Público y Person of Interest, dada su plausibilidad y actualidad, han condicionado nuestra mente para que pronunciemos sin pestañear la frase: “Todos lo sabíamos”.
¿Qué habría sucedido si nuestra mente jamás hubiera ni tan solo concebido la posibilidad del control masivo que nos ofrecen estas obras de ficción?
¿Cómo habría reaccionado entonces la población al despertarse un buen día y descubrir que todas nuestras llamadas y mensajes son monitoreados, analizados y almacenados?
El impacto podría haber sido brutal.
La confianza hacia nuestros gobernantes y hacia el sistema entero se habría venido abajo, como si un repentino día descubrieras que tus padres te secuestraron cuando eras un bebé o que tu marido es un asesino en serie.
Pero ese impacto no se ha producido, porqué el concepto ya había sido hábilmente inoculado en nuestros cerebros.
Por esta razón no ha sucedido ni sucederá nada.

2-Generalización
Otro de los puntos clave consiste en conseguir que el concepto afecte a todas las personas sin distinción.
Pongamos el ejemplo del Control Masivo.
¿Qué sucedería si un día despertaras y descubrieras que solo te vigilan a ti?
¿Qué solo controlan tus llamadas, que solo monitorean tus datos y comunicaciones y que las cámaras solo te graban a ti, exclusivamente?
Simplemente, no podrías soportarlo y tu reacción podría ser imprevisible.
Sin embargo, si sabes que todos somos controlados y vigilados por igual, la idea del Control se te hace mucho más reconfortante y aceptable.
No te sientes como el único, como el aislado, como el perseguido.
Y eso reduce en gran medida tu sentimiento de rebeldía.
Es un sentimiento análogo al que tendrías si te dijeran que has contraído un virus mortal y que solo lo has contraído tú.
Te sentirías señalado y maltratado por el universo, por el destino o por Dios.
Sin embargo, si sabes que ese virus proviene de un brote epidémico que ha afectado a la mayoría de la población mundial y que vamos a morir todos, te sientes integrado en un destino común y en cierta manera, eso te tranquiliza.
Desgraciada y paradójicamente, este es uno de los resortes psicológicos que impiden que nos rebelemos ante el establecimiento del Gran Hermano.

3-Seguridad
Evidentemente, el argumento base, la excusa, el vil subterfugio en el que se fundamenta el establecimiento del Gran Hermano, es en la supuesta seguridad de la población.
En esa división ficticia entre Buenos y Malos, entre ciudadanos pacíficos y terroristas criminales.
Este es el punto que nos lleva a pronunciar la patética frase: “yo no tengo nada que esconder”.
Una frase terrible, pues alberga en su interior muchas implicaciones.
La primera consiste en considerarse el bueno de la película sin tan solo preguntarse por las motivaciones que puedan tener los supuestos malos ni quienes son en realidad.
La segunda y aún mas terrible es la aceptación sumisa de que la autoridad tenga derecho a vigilar si escondes algo o no.
Tal cesión del poder individual, reflejo directo del mundo que hemos construido, resulta sin lugar a dudas, el hecho más lamentable y despreciable de todos, pues representa un insulto directo a nuestra propia naturaleza humana más esencial.
Pero comprender esa esencia implicaría una conciencia profunda como individuos y eso es algo difícil de conseguir y transmitir, pues ha sido debidamente borrada de nuestra mente por la sociedad, a través de esas factorías de programación mental que son las escuelas.

4-Dependencia
A estas alturas, ya no sabemos prescindir de los propios mecanismos tecnológicos que sirven para controlarnos.
Somos dependientes de ellos, o más bien dicho, nos sentimos dependientes.
La mayoría de gente no sabría vivir sin su teléfono Móvil, su Smartphone, su Tablet, su Computadora, su Whatsapp, su Twitter o su Facebook.
A pesar de que muchos de ellos hayan vivido feliz y confortablemente durante muchos años sin ninguno de estos elementos.
Ahora parece que hayan estado ahí siempre y que sin ellos la supervivencia sea imposible.
Y lo cierto es que nadie querrá aceptarlo, pero hay una palabra para definir eso: se llama Adicción.
Pura adicción psicológica.
Somos adictos a las redes sociales y a nuestros móviles y chismes como lo es un heroinómano o un jugador.
adiccion-internet

Y como los adictos nos hemos buscado mil y una excusas para justificar nuestra adicción.
Nos hemos convencido a nosotros mismos de que los necesitamos.
Pero eso no es cierto.
Los necesitamos porque los demás también son adictos como nosotros y no queremos quedarnos solos y aislados.
Se trata de un curioso caso de adicción psicológica social, de carácter masivo, en la que todos ejercemos de camello y de yonki a la vez, una estructura altamente eficiente que impide que nadie abandone jamás su adicción.

5-Participación
Este es quizás uno de los puntos clave más sutiles y tenebrosos.
Pues lo cierto es que no solo somos víctimas del Control Masivo.
También somos partícipes de él y cada vez lo seremos más y más.
En los últimos años, todos y cada uno de nosotros hemos abandonado el rol de mero espectador del espectáculo audiovisual, para pasar al otro lado de la cámara.
Y este es un salto psicológico esencial.
Crucial.
Desde el mismo momento en que somos nosotros los que podemos grabar a los demás, desde el mismo momento en que podemos capturar el mundo y verlo en una pequeña pantalla en tiempo real, nuestra mente supera la línea divisoria y nos introduce inconscientemente en el rol del controlador, del vigilante.
Nos hace partícipes del proceso de Control Masivo y eso reduce enormemente nuestra angustia y de nuevo, nuestra rebeldía.
Nos hemos acostumbrado a ver mil y una imágenes furtivas grabadas con móviles. Imágenes de agresiones policiales, delitos, peleas, accidentes de tráfico y desgracias de todo tipo, vistas en cámara subjetiva.
Nos hemos acostumbrado a grabar sin pedir permiso y a ser grabados sin concederlo.
SPV

Porque nosotros también somos el Gran Hermano.
Y eso sí es terrible.
Pues en un futuro cercano, todos nos grabaremos los unos a los otros, todos ejerceremos de vigilantes, de controladores y de denunciantes.
Ahora quizás parezca una fantasía alocada, pero si todo sigue así, llegará un día no muy lejano en que cada cara que nos crucemos por la calle será una cámara de vigilancia y cada mirada una grabación…y llegados a ese punto ¿qué seremos nosotros?

MyEye 25%

Solo seremos actores, fingiendo constantemente para ser aceptados por los demás y por la sociedad.
El triunfo absoluto de la dictadura más atroz y aterradora jamás imaginada, la destrucción de la esencia individual del ser humano y de la libertad personal hasta sus raíces más profundas.
6-Modus Vivendi
Este significa, sin duda, el punto culminante del proceso, la garantía de perpetuación del Gran Hermano: convertir el Control Masivo en un modo de vida.
Y es que ciertamente, ya hemos llegado a esta situación.
Ahí están las nuevas generaciones, crecidas al amparo de los Smartphones y las redes sociales.
Generaciones de jóvenes acostumbrados a exhibirse como monos de zoológico ante los turistas, adictos a la exposición pública de sus rutinas diarias, como un modo de vida y de relación con los demás.
Criados desde pequeñitos en la navegación por las redes sociales, en las que ver constantemente mil y una caras iguales a las suyas, con ropas, peinados, poses y posturas imitadas como las suyas, en un patético e infinito bucle de imitación-exhibición-imitación con el que diluir cualquier atisbo de individualidad en ese ácido tóxico que es la masa despersonalizada.

redes_sociales

Esa es la triste realidad: la aparición de una nueva subespecie humana, formada por semi-individuos con espíritu de colmena, incapaces de vivir si no es bajo la (para ellos) cálida mirada de la omnipresente cámara ante la cual rendir credenciales de forma sumisa y voluntaria.
Porque con las nuevas generaciones, al Gran Hermano ya no le hace falta camuflar sus actividades.
Se exhiben gratuita y voluntariamente, dando todos los detalles sobre sus pensamientos, conductas, actividades e intenciones.
No solo son vigilados y controlados.
Quieren ser vigilados y controlados. Lo necesitan.
Una maravillosa generación de esclavos que por encima de todo desean ser esclavizados. Cuyo único sueño es ser esclavizados. Incapaces de concebir cualquier cosa que no sea su propia esclavitud.
7-Ilusión de victoria
Por último, el Gran Hermano nos ofrece un hábil y malintencionado resorte al que podemos asirnos en momentos de desesperación o súbita clarividencia.
Se trata de un brillo de esperanza prefabricado: la visión del Hacker romántico, del liberador, del Robin Hood de las redes, capaz de derrotar al dragón.
El héroe invencible que desde el anonimato de un aislado sótano puede acabar cuando quiera con tanta opresión masiva, reventando el sistema entero desde su interior.
Una fantasía inoculada junto al concepto del Control Masivo, por la misma vía de la ficción cinematográfica, que actúa como un anticuerpo ficticio en el que, en última instancia, podríamos confiar para liberarnos del Gran Hermano, de la bestia que nos aprisiona.
Pero solo es una patraña.
Un simple y burdo engaño.
Una ilusión en la que no debemos confiar, a pesar de los esfuerzos mediáticos por mostrarnos a algunos de estos héroes solitarios y presentarlos como una alternativa real, con nombres y caras reales y reconocibles, como Julian Assange, Kim Dotcom, Edward Snowden o el sospechoso colectivo Anonymous.
snowdenassange 50%anonymous_19 50%

Pero realmente, el Gran Hermano los necesita.
Porque sin ellos no habría alternativa, no existiría oposición alguna ni lugar a la esperanza y entonces solo quedaría una opción para oponerse al Gran Hermano: cortar los cables, reventar los móviles, derribar los satélites, destruir las redes, demoler el sistema entero…¡y eso sí sería peligroso!
Es mucho mejor una alternativa fiable, una cara amable y heroica que forme parte de los propios mecanismos del sistema.
No hay mejor enemigo que el que creas y controlas tú mismo.
Lo saben todos los gobernantes de la historia.
Así pues, ¿Alguien duda aún de que el Gran Hermano ya ha triunfado?
¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
¿Se trata de un proceso casual o ha sido fruto de una hábil y compleja maniobra de ingeniería social, dirigida durante generaciones?
Ciertamente, poco importa ya.
El sistema de Control Masivo ya está instaurado.
Y basa sus futuros triunfos en la falta de perspectiva de los ciudadanos.
En la falta de visión de esos ciudadanos que ahora piensan que no importa que les vigilen, incapaces de comprender las profundas implicaciones que este sistema de control tendrá sobre sus vidas y sobre las de sus descendientes.
Ciudadanos que no comprenden que al otro lado no se encuentra un señor con auriculares que escucha sus conversaciones y toma notas en un trozo de papel, sino una fría y desalmada máquina que los clasifica, los analiza y los monitorea como si fueran piezas de una factoría o pollos de una granja.
Una máquina sin sentimientos ni empatía que ni tan solo sabe lo que es un ser humano, que nos clasifica a todos según nuestros perfiles, costumbres, aficiones, amistades e inclinaciones ideológicas e incluso sexuales.
person interest city

Y con cuya información, determinadas entidades pueden saber, en cada momento, qué resortes deben accionar y cómo deben hacerlo para manipularnos y conducirnos como a un rebaño camino del matadero.
Con un poder de control que ni el más enloquecido de los dictadores y criminales de la historia habría podido ni tan solo soñar.
Porque poco importa que ahora nos portemos bien y no tengamos nada que esconder.
Los criterios de la máquina pueden ser programados a conveniencia y podemos convertirnos en peligrosos cuando ella decida, no cuando lo decidamos nosotros.
Y por más que nos auto-engañemos, por más que decidamos calificar de paranoicos a los que nos adviertan del terrible futuro que se cierne sobre nosotros, por más excusas y subterfugios que busquemos, lo cierto es que, ahora mismo, la única solución, la única salida para impedir que el Gran Hermano siga adelante, pasa por la renuncia radical y generalizada a estas tecnologías y por la demolición del sistema hasta sus cimientos.
Algo triste, casi inconcebible para todos nosotros, pues amamos estas tecnologías, nos hacen la vida fácil y sobretodo, somos adictos a ellas.
Pero desgraciadamente nadie toma conciencia de la enorme magnitud de lo que está sucediendo.
Porque no se trata de una cuestión ideológica, política o social.
No es una mera cuestión de organización o de libertades civiles.
Estamos ante un salto como especie, un momento crucial a nivel evolutivo, pues implica la desaparición de la esencia misma del ser humano tal y como lo hemos conocido hasta ahora y el surgimiento de un nuevo tipo de humanidad.
Por qué la gran pregunta que se plantea es de una profundidad sin precedentes:
¿EN QUÉ TIPO DE SERES QUEREMOS CONVERTIRNOS?
Tú decides.


GAZZETTA DEL APOCALIPSIS